viernes, 19 de febrero de 2010

Cumpas del EDE San Miguel en la asunción de Evo Morales

Durante el mes de enero, el 21 en Tiwanaku y el 22 en la plaza Murillo de La Paz, se llevaron a cabo las ceremonias, espiritual y política respectivamente, de asunción presidencial de Evo Morales Ayma en Bolivia (como lo festejáramos en otra publicación).
En ambos eventos estuvieron presentes militantes del EDE de San Miguel (Diego Chiarenza junto a su familia, el 21 en Tiwanaku, y Pablo Moledo, Sebastián Saldivia y Pablo Chiesa, el 22 en La Paz) con intención de participar y apoyar la revolución política y social que se está produciendo en el hermano país, encabezada por el compañero Evo.
Dos de estos compañeros militantes reflexionaron sobre los momentos vividos en dichos eventos históricos para Bolivia y para el mundo plasmando sus reflexiones en palabras...

La “Evo”lución de Bolivia, capítulo dos
(por Pablo J. Chiesa)

Tras haber logrado un triunfo aplastante en las elecciones presidenciales del 6 de diciembre, Evo Morales inició a fines de enero su segundo mandato. Comenzó así un nuevo tiempo de continuidad y profundización del proceso de cambio boliviano.

Cuando observamos el mapa de Latinoamérica, el gobierno de Bolivia se destaca por llevar adelante la transformación más profunda y estructural entre sus pares, en un marco favorable por los nuevos rumbos que tomó la región en los últimos diez años.
Tan radical es el cambio, que a partir de este segundo mandato del MAS en el poder llegó el turno de transmutar lo más íntimo y propio que tiene cualquier persona o pueblo: su identidad. Por eso, cuando nos asomamos por la plaza Murillo el pasado 22 de enero, supimos con certeza que esto iba muy en serio. La “vieja” República boliviana pasaba a mejor historia. Con la aprobación de la nueva Constitución política del Estado, una victoria electoral aplastante con más del 65 % de los votos y un liderazgo –el del presidente Evo Morales-prácticamente indiscutido, el gobierno decidió dar nacimiento al Estado plurinacional de Bolivia. Una nueva identidad. Un paso crucial en la batalla que prosigue contra los intereses coloniales de otros tiempos, dando prioridad a la cuestión cultural.
¿Y como no priorizar la cultura, la identidad de un pueblo, para erigir un nuevo ciclo totalmente diferenciado del antiguo régimen? ¿Por donde comenzar que no sea la cultura para lograr hegemonía? Eso se propone el gobierno del MAS. Construir poder, escribir un nuevo relato histórico, ser hegemonía, atacando varios flancos al mismo tiempo: el político, económico, social…pero por sobre todo, el cultural.
En ese sentido, Evo es el representante de ese camino que intenta transitar el gobierno popular de Bolivia. Un camino auténtico, audaz y por sobre todo, muy inteligente. Evo es todo lo que representa el nuevo Estado plurinacional y nada tiene del viejo modelo semi-colonial. Es el sindicalista cocacolero, el aborigen aymara que en Tiwanaku toma la posesión del gobierno y reafirma su liderazgo, recibiendo la bendición de los pueblos originarios. Es el hombre popular.
Pero volvamos al aspecto cultural. Tiempo atrás, ningún boliviano con rasgos y características aborígenes podía transitar por la plaza Murillo, la más importante de la ciudad de La Paz. Hoy, ese mismo descendiente de los antiguos propietarios de la tierra es protagonista de la nueva época. Levantó la cabeza y camina firme. Muestra sus culturas sin tapujos. Es líder social, político y barrial. Y aquí radica unos de los ejes del cambio: la dignidad primero, para pensar como una gran Nación después.
Es que Bolivia vivió sumergida durante mucho tiempo. Cuando se caminan sus calles y se habla con su gente, el pasado muestra humillación y atraso. Está el ejemplo de Potosí. En el siglo XVII gracias a su Cerro rico era una de las ciudades más importantes del mundo. Actualmente parece una ciudad a medio terminar, con casitas sin revoque ni pintura. Del despojo que fuera víctima siglos atrás nadie se hizo cargo, y entonces, ganó la pobreza. De la misma forma se repiten como postales la mayoría de las ciudades y pueblos del altiplano boliviano, en una curiosa contradicción: paisajes increíbles conviviendo con ciudades inconclusas, economía informal en forma de puestos callejeros que se reproducen en miles y un importante retraso tecnológico.
Por eso el camino es largo y harán falta muchos Evos para lograr éxito. Pero el paso inicial, el cultural, ya está dado.

Un rumbo: el socialismo comunitario

Alvaro García Linera es el cerebro del cambio. El vicepresidente de la Nación habla y su voz es escuchada. Y muy respetada. Con claridad magistral expone hacia donde se encamina el proyecto político del MAS en el gobierno.
La consigna es el socialismo comunitario. La estrategia contempla darle fuerza a un Estado protagonista e integral, que pueda ser eje motor de la economía pero que no lo abarque todo; a un Estado con presencia, pero también con autonomía para descentralizar el poder.
Para cualquier manual de teoría política está claro que los principios elementales para la conformación, el progreso y la consolidación de una Nación son los que contemplan a la población y el territorio. El Estado integral boliviano que auspician Evo Morales y García Linera viene a cumplir con varias deudas históricas en ese sentido. Pretende unir el territorio para fortalecer los lazos sociales, económicos y culturales de la población. Y esto representa todo un desafío, teniendo en cuenta que una de las principales amenazas que enfrenta este proceso es la aspiración de separatismo (disfrazado de autonomía) de sectores minoritarios del oriente boliviano.
Por ello, la iniciativa gubernamental de auspiciar las autonomías de las regiones, siempre respetando la unidad indisoluble de la Nación, fue una jugada rápida y sagaz para arrebatarle argumentos e ideas a la oposición.
Además, a los críticos del proceso emancipatorio, que califican este rumbo como “anacrónico” y auguran su rápido fracaso, el vicepresidente responde con sentido común y coherencia. Afirma que no se pretende un Estado todopoderoso y que por el contrario se respetarán las inversiones e intereses privados, siempre y cuando no afecten los intereses nacionales. Da como ejemplo a las universidades privadas, que no sólo dejaron de lado los “fantasmas” de un posible avance del Estado nacionalista, sino que además están en pleno desarrollo.
Por eso, luego de recuperar para beneficio de la Nación los recursos energéticos, el socialismo propuesto viene a comunitarizar la riqueza, “es lo que hacían nuestros antepasados pero ahora en una escala mayor, con tecnología, con modernidad productiva”, aclara el vice. El objetivo es desarrollar un modelo económico basado en la solidaridad, la reciprocidad y el consenso. Con impulso a los pequeños y medianos emprendimientos y a las economías regionales. Con una apuesta a la integración regional en el Continente americano.

Por todo lo dicho, la segunda etapa del proceso de cambio revolucionario en Bolivia se asienta sobre la plurinacionalidad, la autonomía democrática y la soberanía económica con protagonismo del Estado. Hacia allí camina el pueblo boliviano, derrotando sombras y rompiendo cadenas propias y ajenas.

Evo Morales Ayma y la transformación de Bolivia
(por Diego J. Chiarenza)

No se explica de otra manera la transformación que está atravesando Bolivia si no es por la convergencia en un mismo objetivo, con los mismos deseos y utilizando los mismos medios de un Movimiento Político, los Movimientos Sociales y el Movimiento Espiritual de un pueblo. Esa transformación se propaga por América y por el mundo.

Evo Morales Ayma ha logrado sintetizar en su persona, y así mismo en su gobierno, estos tres movimientos, ha logrado enarbolar y ser el portador de una bandera tripartita. Una bandera que lleva los colores del MAS, los colores de la bandera boliviana y los colores de la Wiphala. Cada acción de su primer gobierno estuvo marcada por estos tres pilares que sostienen su mandato. El socialismo como base ideológica, el pueblo como beneficiario principal -en él, los más pobres y excluidos como protagonistas indiscutidos- y la Tierra, las raíces originarias y la cosmovisión andina como guía espiritual y sobrenatural.

Movimiento Político: El MAS, el Movimiento Al Socialismo, sienta las bases ideológicas y se constituye en el instrumento electoral con el que Evo Morales Ayma llega a la presidencia de Bolivia y comienza un proceso de transformación socio-política. Este proceso hace renacer desde las cenizas, a una Bolivia incendiada y enterrada por sus presidentes neoliberales e imperialistas anteriores, aquellos que entregaron a las multinacionales los recursos naturales y el trabajo del pueblo, aquellos que entregaron la dignidad. Ahora, con las medidas tomada por Evo, Bolivia respira y crece, es dueña de sus recursos y del trabajo de su gente.

Movimientos Sociales: Evo representa la reivindicación del pueblo boliviano trabajador, el pueblo minero, el pueblo obrero, el pueblo campesino, el pueblo desocupado, los sectores más postergados y excluidos, las mujeres, los enfermos, los niños y los ancianos. Evo representa la reivindicación de los Pueblos Originarios americanos y fortalece sus símbolos, una bandera y una cruz, una Wiphala y una Chacana que ya llegan a los confines de la Tierra con peso y significado propio, símbolos que son reconocidos por las demás naciones y que pronto serán respetados como los símbolos de la nación del Tawantisuyu en la República Plurinacional de Bolivia. Evo representa la reivindicación y la defensa de la Tierra como recurso y como hogar.

Movimiento Espiritual: Evo forma parte de la Cosmovisión Andina, la respeta, la defiende, la preserva, la multiplica y le cede. Se ha constituido como un líder espiritual de los pueblos originarios, que excede las fronteras del Tawantisuyu para hacerse presente su liderazgo en otros pueblos originarios del resto del mundo. La Pachamama se abre a sus pies cuando se la chaya, el Tata Inti, Padre Sol, lo ilumina en todo lo que hace, el quichua y el aimara fluyen con naturalidad de sus labios y los mandamientos de sus tradiciones son carne en sus acciones -Ama Sua (no seas ladrón), Ama Qella (no seas mentiroso) y Ama Llulla (no seas ocioso)-. Es un defensor de la Pachamama, la Madre Tierra, porque la ama, porque es santa. Más allá de los ambientalistas vacíos de sentido y cargado de sentimentalismos, más allá de los ecologistas cargados únicamente de sentido científico, se encuentran los Pueblos Originarios, con un verdadero conocimiento de la tierra, el aire, el agua, las plantas, los animales y la humanidad, con el único y certero conocimiento de haber vivido en paz con todos ellos, con la máxima conexión y equilibrio que se puede encontrar entre los elementos de la naturaleza. Y con el verdadero deseo de volver a la humanidad hacia ese equilibrio y conexión.

Esa mañana en Tiwanaku, el 21 de enero pasado, bajo un Tata Inti contento y sonriente se respiraba fiesta, entre las coloridas y abundantes Wiphalas, entre el azul, blanco y negro de las banderas del MAS, entre el amarillo, rojo y verde de las banderas bolivianas, entre las innumerables pancartas de agrupaciones sociales y políticas latinoamericanas donde se divisaban imágenes del Che, Tupac Amaru, Juana Azurduy, Eva Perón y otros próceres libertarios americanos, entre todo eso estábamos nosotros… el pueblo americano, un pueblo hermanado en una gran fiesta. Música, baile, comida y coca, las cholas desplegaban grandes manteles en el piso y de sus quepis surgían comidas típicas del altiplano –picante de pollo, chuño, choclos, papas andinas, arroz, mote… - Se esperaba la llegada de Evo Morales Ayma quien se hizo presente repentinamente. Los amautas, sacerdotes aymaras, después de colocarle la vestimenta ritual lo ungían a Evo como líder Social, Político y Espiritual. Evo emergió sobre la sima de la pirámide de Akapana, chayaba a la Pachamama en los cuatro puntos cardinales con un atuendo blanco especialmente preparado para esta ceremonia, y luego, acompañado por una anciana que sobrepasaba los 100 años, bajo de la pirámide. Con un Evo Morales Ayma ingresando triunfante por la Puerta del Sol del templo de Kalasasaya, que viera nacer a la civilización incaica, la multitud explotó en euforia, las banderas y estandartes flotaban en el aire y danzaban como extasiadas. Como una bendición, no se hizo esperar el saludo de Rigoberta Menchú, luego los presentes que le hicieran comunidades originarias de todo el mundo y ahí nomas surgieron sus maravillosas palabras en un aymara prolijo, tanto como el quichua y español que le siguieron, pero no menos enérgicos. En el discurso que fuera trilingüe, despidió la antigua República Colonial de Bolivia para darle la bienvenida a la República Plurinacional de Bolivia, habló de su gestión anterior reconociendo las cosas por hacer -entre ellas erradicar la corrupción enraizada por gestiones anteriores- manifestó seguir sirviendo al pueblo boliviano recordando los tres mandamientos de sus tradiciones andinas e increpó al sistema capitalista.

La convergencia de los movimientos Político, Social y Espiritual estaba frente a todos nosotros que respirábamos la profundización y continuidad de la transformación de Bolivia, de la transformación de América, de la transformación del Mundo.

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Enrique Emiliani, Candidato a Intendente

"En San Miguel es necesario profundizar el rumbo inciado en el 2003 por Néstor y continuado por Cristina a partir del 2007, con más democracia participativa, con más transparencia"