lunes, 15 de septiembre de 2008

Los lápices siguen escribiendo !!!

1976 - La noche de los lápices - 2008
16 de septiembre

Los militares secuestraron y torturaron a varios alumnos secundarios de La Plata.Hubo cuatro sobrevivientes...
Fue entre el 15 y el 16 de septiembre de 1976: los militares secuestraron y torturaron a varios alumnos secundarios de La Plata... La Noche de los Lápices. Hubo cuatro sobrevivientes. Emilce Moler es una de ellos. Nos da su testimonio y, a diferencia de lo que cuenta la película que hizo conocidos estos hechos, ella no relaciona la detención con la lucha por el boleto estudiantil sino con su militancia en la Unión de Estudiantes Secundarios. El 16 de septiembre de 1976, Emilce había ido al Bachillerato de Bellas Artes. Cursaba 5to. año y ese día estaba organizando la fiesta de la primavera. En medio de los preparativos, alguien le avisó que la noche anterior se habían llevado a sus dos amigas: Claudia Falcone y María Clara Ciocchini. También habían secuestrado a Claudio de Acha, Daniel Racero, Horacio Ungaro y Francisco Muntaner. Todos compartían la militancia en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Emilce tuvo miedo. Enseguida llamó a su padre que le pidió que escapara. Emilce no quería irse dejando a sus compañeras en esa situación, pero sospechaba que sería la próxima en la lista. Y no se equivocó. Esa misma noche, un grupo de hombres encapuchados y armados irrumpió a los gritos en la casa de la familia Moler. Dijeron que eran del Ejército y que venían a buscar a una estudiante de Bellas Artes. Casi se llevan a su hermana, 5 años mayor.Emilce era bajita, estaba en pijama y parecía una nena. Cuando la identificaron, su madre pidió que la dejaran vestirse. Los militares accedieron. Le pusieron las esposas -que se le salían porque le quedaban grandes- y se la llevaron. En el camino pasaron a buscar a otras dos compañeras. Una no estaba. La segunda era Patricia, otra de los cuatro sobrevivientes. Todas fueron llevadas a un centro clandestino. Con el tiempo sabría que era en Arana. Ahí se encontró con sus dos amigas secuestradas la noche anterior. Tenía los ojos vendados, pero mientras caminaba rumbo al cuarto de tortura reconoció los gritos de otros dos amigos y compañeros de la UES: Gustavo Calotti, que sobrevivió para contarlo, y Horacio Ungaro, uno de los tantos desaparecidos. El 21 de septiembre se sumó a ellos un estudiante de la "legión extranjera" que sería el cuarto sobreviviente: Pablo Díaz. "Supuestamente estuvimos juntos en Arana dos días -recuerda Emilce-, pero nunca supe que estaba. Él no militaba en la UES. Al no conocerlo de antes y no haber hablado con él en ese momento, no supe que estaba ahí". El 23 de septiembre cargaron a todos los estudiantes, maniatados y encapuchados, en un camión. Después de un rato, la marcha se detuvo. Alguien leyó una lista: Claudia Falcone, María Clara Ciocchini, Horacio Ungaro, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Claudio de Acha... Los hicieron bajar y nunca más se supo de ellos. Muchos años más tarde, la que era directora del Bachillerato de Bellas Artes, Elena Makaruk, declaró que se enteró "por comentarios" que los chicos de la "Noche de los Lápices" estaban desaparecidos, pero que la institución no hizo gestiones para buscarlos porque "no se podía considerar verdad un comentario".
-¿Cómo empezás a militar?
-Yo diría al revés: ¿Cómo no iba a militar? Habría que haber vivido esos años para darse cuenta. Por supuesto que también estaban los que no se enganchaban, pero a la edad que yo tenía, y en Bellas Artes donde todo era libertad, participación y solidaridad, era imposible no militar. La revolución parecía estar ahí nomás. Latinoamérica estallaba por todos lados. Teníamos los modelos socialistas de Chile y Cuba. Yo podía no saber en qué partido, pero que iba a participar no tenía ninguna duda. Había todo un clima en el que estaba muy mal visto aquel que no se comprometía. Decirle a alguien, "sos un teórico", era el peor insulto. Podías discutir, pero si no militabas y no llevabas a la práctica tus ideas, eras lo peor. Cuando me detuvieron, militaba en la peronista UES.
-¿Qué pasó cuando saliste?
-Fue en el Mundial, en el ´78. Todos festejaban y yo lloraba. Sentía que nunca iba a poder contar lo que me había pasado. "Nunca me van a creer", pensaba... Estaba presente todo eso de "Los argentinos somos derechos y humanos". Cuando escuchaba a los comunicadores en la televisión, lloraba de la bronca. Hoy sigo teniendo terror de que la gente no vea los procesos históricos. Salí bajo libertad vigilada en una ciudad que no conocía. Empecé a rendir libre las materias de 5to. año. En La Plata me declararon alumna libre por "faltas".
-¿Cuál es tu lectura de la situación política actual?
-Estoy enloquecida de contenta. En el ´86 parecía que con el juicio a las juntas las cosas empezaban a cerrar, pero después vinieron las leyes de Obediencia Debida y el Punto Final. Entonces lloré. Después vino el indulto, pizza y champagne y mirar para adelante. Decían que la historia había terminado de la mano de la convertibilidad. En el ´98 pensé que no avanzaríamos más. Todos los chicos que crecieron durante esos años se formaron con la idea de que la lucha no sirve. Como docente, siempre les repetí a mis alumnos que la lucha hay que darla. Si no se da este saneamiento moral, no se puede construir nada. De todas formas, la teoría de los dos demonios hoy todavía circula. Estoy segura de que a mí me llevan a todas las charlas porque soy "la pobre chica del colegio secundario". Si hubiera tenido una historia de lucha armada, no me llevarían. La sociedad todavía no está preparada para ver y aceptar esto. Lo peor que nos puede pasar es hacer análisis equivocados. Todos mis amigos de la JUP están desaparecidos. Hoy no tengo ninguna militancia en ningún partido. Estoy cercana a la asociación de familiares y ex detenidos. En el ´98 me di cuenta, por lo que sentía, de que ese era mi grupo de pertenencia.
-¿De qué cosas te arrepentís y cuáles te marcaron?
-Vi tanta arbitrariedad, por ejemplo con esta chica Patricia que no había estado en nada, que si no me hubiera metido a militar tampoco era seguro que no me pasara nada. Siento que fui coherente con lo que pensé, aunque mi militancia fue muy chiquita. Ojo que ser militante en ese momento, pegar carteles en contra de la dictadura, con ese gobierno militar era muchísimo. Yo no me hubiera bancado la dictadura sin decir nada. Nadie previó una dictadura con tanta represión. Hoy no me podría pensar sin esta experiencia de vida. El silencio y las ausencias de las personas que yo hubiera necesitado que estén al lado mío y de mis padres, me han dolido mucho. Mi objetivo es que mis hijos no se formen con esos valores. Quiero que mis hijos sean solidarios, siempre que puedan y que alguien lo necesite. Me parece que ese es el camino...

La historia no oficial
Entrevista a Emilce Moler (Sobreviviente de la noche de los lápices )

No hay comentarios:

Enrique Emiliani, Candidato a Intendente

"En San Miguel es necesario profundizar el rumbo inciado en el 2003 por Néstor y continuado por Cristina a partir del 2007, con más democracia participativa, con más transparencia"