viernes, 27 de marzo de 2009

Memoria, Verdad y Justicia - Un compañero visita la ESMA

En el marco de la conmemoración del 33 aniversario del Golpe de Estado que fuera la puerta de entrada a la Dictadura Militar más larga, represiva, dictatorial y sangrienta de la historia de nuestra nación, el pasado 24 de marzo un compañero y Secretario de Prensa del EDE San Miguel, Pablo Chiesa, estuvo conmemorando tan terrible hecho histórico en la ESMA, centro clandestino de detención donde muchos hermanos fueron torturados y asesinados.
Pablo quizo co
mpartir su experiencia con todos y aquí está su reflexión.

Un triunfo

Los vi sentados, en ronda, con el termo en una mano y el mate en la otra. Inmediatamente sentí que sería la imagen más especial de esa noche, la que guardaría en mi memoria como ninguna otra en este aniversario del Golpe del 76´.

Crecimos resignándonos a la idea que la Dictadura nos propinó, al país entero, una derrota muy dolorosa. Que ellos, militares y civiles, empresas, bancos y diplomáticos del país del norte, habían ganado sin miramientos. Que su plan había logrado consolidarse en democracia y encima, lograrían quedar impunes.

Pero no todo fue como lo pintaron.

Cierto es que en aquel periodo se modificó un paradigma de Nación. Se abandonó el proteccionismo de nuestra industria nacional abriendo las puertas de par en par al libre comercio. La renta nacional comenzó, lentamente, a distribuirse injustamente. Creció la informalidad laboral y le desempleo. Estados Unidos y los organismos de crédito multinacionales comenzaron a digitar nuestra economía con una finalidad sencilla: someternos económicamente. Se estatizó la deuda privada; la banca comenzaba su festín. En los años 90´ se profundizó ese modelo y entonces sí, en materia económica, nos dieron una paliza. Hoy 15 millones de argentinos, en la tribuna de la pobreza, son testigos silenciosos de la derrota.

Que decir de nuestra sociedad, fragmentada y hecha trizas en mil pedacitos. “discurso único” la consigna. Medios de comunicación, el mejor analgésico para adormecer conciencias. Y en este proceso se denigró la educación y la salud pública. Individualismo y consumismo, como dos goleadores letales, se hicieron un festín con la organización en comunidad, la solidaridad y el bien común, una defensa muy endeble que hizo agua por todos los costados.

Y la política… y la justicia…ausentes sin aviso durante 20 años democráticos de pos-dictadura, salvo excepciones (juicio a las juntas, Conadep y el Nunca Mas, juicios por el robo de bebés). Políticos corruptos y jueces cómplices fueron los culpables, para ser ecuánime con aquellos que intentaron e intentan emplear la política y la justicia para cambiar el rumbo.

A la luz de estos hechos, la derrota que padecimos fue inapelable. Ellos ganaron, sin vueltas. Lograron lo que se propusieron.

Pero no fue tan así.

Ayer, al ingresar a la ESMA, en esa casa del horror tan inmensa que me imagino tan silenciosa para los de afuera pero con ecos de gritos dolorosos para los que estuvieron adentro, me di cuenta que tuvimos una victoria, que seguramente no fue la única ni la última.

Pero esta victoria es la más difícil de medir, de sostener con argumentos, de comparar. No tiene fríos números y tampoco se apoya en leyes o decisiones políticas.

Se trata de la apropiación del espacio para hacerlo público, de todos. De ser libres donde hubo condena, tortura y exterminio. De poder entonar en canciones lemas de libertad, cultura, memoria y justicia. De ver flamear banderas con los rostros de Perón y Eva, del Che, de cualquier agrupación política o banda de rock… De poder reír, abrazarse, caminar…o circular, como lo hicieron las madres hace 32 años.

¿Es un triunfo muy subjetivo me pregunta? Y tal vez sí. Pero le pregunto yo: ¿se imaginó hace 10, 15 o 20 años entrar a la ESMA o a Campo de Mayo, para recordar el Golpe de Estado? ¿Soñó algún día que allí funcionaría un centro cultural? Mi esceptisimo, con el que crecí en estos tiempos de resignación a cuestas, me impedían hacer volar la imaginación y el sueño. Pero hoy lo vi. Se hizo realidad.

Entonces mientras pensaba todo esto, habló Hebe. Y se me hizo un nudo en la garganta. Soporté el llanto. Y recordé a aquellos chicos mateando en un rinconcito verde de la ESMA. Entonces sí, me convencí que esa noche habíamos ganado.


Pablo J. Chiesa

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Enrique Emiliani, Candidato a Intendente

"En San Miguel es necesario profundizar el rumbo inciado en el 2003 por Néstor y continuado por Cristina a partir del 2007, con más democracia participativa, con más transparencia"